Seguro que últimamente habéis escuchado o visto la palabra mindfulness en un montón de lugares. El mindfulness es la versión moderna de la meditación y su práctica ofrece numerosos beneficios para la salud. Principalmente se trata de practicar la atención plena (con todos nuestros sentidos) en cada una de las actividades y tareas que realizamos a lo largo del día. El problema es que nos cuesta horrores estar atentos y practicar, así que a continuación os explico un ejercicio de mindfulness que os ayudará a vivir en el presente desde una mayor coherencia emocional.
Ejercicio
El ejercicio que os propongo es una versión mía de una conocida práctica del mindfulness, un ejercicio llamado STOP.
Es muy sencillo de llevar a cabo y solamente necesitamos dedicarle unos minutos al día. Recomiendo que se realice unas cinco veces al día (cada vez necesitaremos alrededor de dos minutos). Sin embargo, es muy fácil que se nos olvide practicarlo, así que es necesario que sigamos todas las instrucciones que se muestran a continuación.
Programar la alarma

Establecer cinco alarmas en el teléfono móvil a lo largo del día. Esto nos servirá de recordatorio y de este modo no tendremos que estar esforzándonos en recordar y nos aseguraremos de practicar.
STOP
Cada vez que suene nuestra alarma, tendremos que dejar lo que estamos haciendo y pararnos. Entiendo que puede haber situaciones en las que nos sea muy complicado parar, por ejemplo, en mitad de una conversación, pero tendremos que hacer todo lo posible para realizarlo (ir al baño, posponerlo cinco minutos…). Con la práctica continuada aprenderemos a hacer el ejercicio en situaciones en las que en este momento pueden resultarnos complicadas para su realización. Poco a poco se va integrando en la mente y conseguimos automatizarlo.
Tomar conciencia
El mindfulness, como ya hemos dicho, pretende que centremos toda nuestra atención en lo que estamos haciendo, y precisamente eso es lo que vamos a hacer. una vez hayamos parado, tendremos que hacernos las siguientes preguntas:
– ¿Qué estoy haciendo en este momento?
– ¿Qué estoy sintiendo en este momento?
– ¿Qué estoy pensando en este momento?
– ¿Qué es lo que tengo que hacer a continuación para actuar (pensar, hablar, llevar a cabo esta actividad…) de una manera coherente?
Las tres primeras preguntas nos ayudan a tomar conciencia y a poner todo nuestro foco atencional en el momento presente, sin embargo, la última es la más importante de todas. Nos permite darnos cuenta de cómo queremos continuar, qué es lo que queremos obtener con lo que estamos haciendo, y cómo seguir haciéndolo desde una mayor paz mental, concentrándonos en ello y dando lo mejor de nosotros en ello.
Si practicamos de manera habitual este ejercicio, no solo lograremos una mejor gestión emocional, también sentiremos un mayor bienestar al vivir desde la concentración y no desde el pensamiento (rumiación).
Para hacer el ejercicio también puedes dejar que mi voz te guíe. Aquí.
Me parece muy interesante y un desafío muy positivo.
Lo pondré en práctica.
Gracias María, A por ello 🙂